Mañana de Domingo… Y para desayunar: TORRIJAS.
Prepararlas no tiene el porqué de ser un “engorro” (si eres precavid@).
A ver, os cuento mi secreto:
- Cuando veo que el pan se empieza a poner “correoso”, corto
la barra por la mitad a lo largo (vamos, lo que hacemos para hacer tostadas) y
luego cada mitad a trozos tamaño torrija.
- Preparo en una fuente o tupper grande una mezcla de: LECHE,
AZÚCAR Y MUCHA CANELA (mi vicio por la canela, ¿verdad Dani?).
- Dejar empapar el pan (en la nevera) durante 2 horas mínimo.
- Este mismo envase, separando las porciones para que no se
toquen, lo llevamos al congelador.
- Y allí se queda hasta que lo necesitemos.
Cuando nos apetezcan torrijas, cogemos las que nos vallamos
a “zampar” y hacemos lo siguiente:
- Ponemos una sartén antiadherente al fuego con aceite de
girasol (el aceite tiene que estar a temperatura “infierno” para que salga
bien).
- Sin descongelar (muy importante), las pasamos por huevo
batido.
- Y a la satén con el fuego al máximo (freír por las dos
caras).
- Poner directamente la torrija sobre una mezcla de azúcar y
canela (rebozar y servir).
Congelando las torrijas y friéndolas sin descongelar
conseguimos dos cosas:
- ·
Que salgan mucho más jugosas y no aceitosas.
- ·
Que el aceite no salte tanto.
Si las servís con helado de vainilla y crocante de almendra
por encima, el éxito está garantizado.
¡ A DISFRUTAR!
P.D.: Estamos en crisis (por si no lo sabíais aun) y en
casa no se tira nada…
¿Qué hacer con el huevo que sobra cuando rebozamos las torrijas?
Pues
con una cucharada de harina, dos de leche y media de azúcar… : Una crêpe para
la cocinera
(así nadie se pelea).
BESITOS PARA TODOS Y FELIZ DOMINGO